No tienen desarrollo económico o social, su infraestructura pública es deficiente, sus erarios han sido saqueados, su población está en pobreza y no cuenta con los satisfactores mínimos, y además tienen gobiernos corruptos.

Chiapas, Guerrero, Puebla, Oaxaca y Veracruz son, en datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), los peores estados de México.

En Chiapas, bajo el gobierno de Manuel Velasco, la población en pobreza llegó casi al 80% y la inversión pública fue prácticamente nula en los últimos años, Aguilar Bodegas a cargo de la secretaría del campo en Chiapas no hizo nada y ahora dice ser del PAN. Y como en una especie de cadena interminable, la inseguridad también creció y los grupos criminales impusieron ley.

Oaxaca es otro estado con población marginada, cuyos atractivos turísticos han ido perdiendo fama debido a que en esa entidad priva la inseguridad. Viajar libremente por las playas oaxaqueñas ha dejado de ser una costumbre para los turistas que prefieren ir de manera segura hacia otras entidades del país, antes que arriesgarse a ser asaltados o secuestrados.

En Guerrero la delincuencia y la corrupción de las autoridades han llegado a niveles inauditos. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) afirma que ese estado, gobernado por Héctor Astudillo Flores, es uno de los que mayor aumento han tenido en cuestiones de pobreza y marginación.

El municipio de Acapulco es la entidad de todo el país donde hay más pobres con casi 100 mil personas en esas condiciones.

Puebla, a cargo de Antonio Gali Fayad, es otro que se suma a la lista de los peores. Bajos salarios, poca inversión privada y mucha inseguridad son sus tres problemas principales y que hasta ahora no han podido ser confrontados por el gobierno en turno.

Veracruz es el estado del secuestro y la desaparición forzada, a donde ya nadie se acerca porque son comunes los plagios en las carreteras y la irrupción de grupos armados en sitios públicos. El gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares está dejando mucho qué desear y los veracruzanos hoy no logran salir de la crisis en que están inmersos.

Los próximos cambios de gobierno en estos estados abren la posibilidad a un cambio, pues la situación en que están ya no da esperanza alguna.